29 catedráticos contra un investigador solo (El País, 11/06/2007)TRIBUNA: AULA LIBRE / GUILLEM BOU BAUZÁ |
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[Texto íntegro aparecido en El País, 11/06/2007] [Destacado: El autor argumenta por qué un director de tesis no debe formar parte del tribunal que decide una plaza a la que opta su pupilo] La profesora Rosa Franquet, que
expuso su opinión en estas páginas el pasado 16 de abril, ha sido señalada
por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña como máxima responsable
de parcialidad en concurso público. En la sentencia leemos, entre otras
cosas, que "resulta inadmisible que un miembro del mismo Tribunal
realice comentarios jocosos sobre la intervención del demandante". Sin embargo, dicha profesora no ha
reflexionado lo más mínimo sobre lo ocurrido. Los párrafos duros que
contiene la sentencia no han bastado. La señora Franquet está convencida
de que puede reírse de los concursantes y de que puede vulnerar sus
derechos fundamentales. Y ha hecho pública en este sentido su crónica
sui géneris de lo sucedido, acusando en falso y faltando a la verdad, y
llegando a la sorprendente conclusión de que tres jueces se equivocan y
en cambio ella, acierta. Por añadidura, ha embarcado a 29
catedráticos para que se pronuncien contra esta sentencia, contra mí y
contra la igualdad de acceso a la función pública. Estos ilustrados
exigen que un director de tesis pueda ser miembro de un tribunal en un
concurso al que se presente su pupilo. La actitud de la señora Franquet y
sus 29 gregarios ha levantado ampollas en el mundo académico. Son más de
cien los investigadores que en pocos días se han adherido a una carta
contra su corporativismo (promovida desde la página web www.corruptio.com).
Les reproduzco un resumen de la argumentación: 1. Una tesis doctoral es un trabajo
de investigación en el que se implican dos personas: el director y el
doctorando, dirigido por el primero. El director ejerce de tutor y
formador. El mérito de una tesis es, pues, cosa de dos, y así lo
reconocen diversas disposiciones (como que el director también gana currículum
al dirigir tesis, por ejemplo). 2. Así las cosas, e ignorando otros
matices que podrían añadirse, si un catedrático fuera miembro de una
comisión, y al concurso se presentara un investigador a quien se hubiera
dirigido la tesis, es obvio que este catedrático o titular estaría
evaluando su propio trabajo, lo cual es motivo indiscutible de exclusión
de tal comisión. Es obvio que si el catedrático votara a favor de su
dirigido, contribuyendo al reconocimiento de méritos (en particular, de
la tesis en que había participado), no haría nada más que dilatar su
propio currículum. Este conflicto de intereses es tan evidente como si el
arquitecto técnico de un ayuntamiento hubiera colaborado en el proyecto
que hubiera presentado un constructor particular. 3. En línea con lo anterior, el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas es mucho más exigente
con la imparcialidad, recoge en su normativa la prohibición expresa de
que se dé esta situación (y también la prohíbe si hay otras relaciones
profesionales). 4. En cuanto a los concursos para la
universidad, existe la jurisprudencia de sentencias del Tribunal Superior
de Justicia de Madrid y del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
que se pronuncian de igual modo. Que el Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña haya sentenciado en el mismo sentido es un hecho que habla a
favor de la cohesión del poder judicial. Mal vamos cuando la señora Franquet
miente en los medios (ella, que forma a periodistas). Mal vamos cuando
embarca en su causa de interés particular a 29 catedráticos más, bajo
el paraguas de una supuesta causa pública. Mal vamos, en definitiva, con
estos 29 catedráticos a favor de una universidad provinciana, de amigos y
protegidos y, tal como se ha visto, contra lo que disponen los tribunales
de justicia. ¿Es tan grande la soberbia de estos
29 individuos que debemos recordarles que en este país nadie está por
encima de la ley? ¿Están a favor de que los tribunales de oposición se
rían de los concursantes? Ninguno de ellos se ha puesto en contacto
conmigo para contrastar la versión de los hechos (por llamarlo de algún
modo) que ha presentado Franquet. Y los 29 han firmado a su favor. Y los
29 forman a periodistas. ¡País! Guillem Bou es profesor titular de la
Universidad Ramon Llull. Volver a "29 catedráticos contra un profesor independiente"
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