(Haga clic sobre las imágenes para acceder a la entrevista. Idioma: Catalán. Dificultad de comprensión: baja)
Lluís Ferrer, o un estilo familiar para los que han vivido el franquismo
La Plataforma ha conseguido una entrevista concedida por el rector a la prensa local en mayo de 2007. Llaman significativamente la atención tres aspectos de la misma:
a) El análisis que hace el rector sobre el plan de Bolonia no puede ser más EVASIVO
Según se lee en la entrevista, Lluís Ferrer sostiene que las causas del movimiento contra Bolonia son el mileurismo, la globalización y el acceso a la vivienda. Nada que tenga que ver con las universidades ni mucho menos con las autoridades académicas.
b) La opinión de Lluís Ferrer es cambiante (¿Tanto como las veletas que giran con el viento?)
En la entrevista el rector defiende que con el Plan Bolonia todo son ventajas y que no hay nada que objetar al mismo. Para rematar, nos ofrece la guinda del pastel: "El Plan de Bolonia se ha contaminado con leyendas urbanas" (!).
Sin embargo, en la carta que envía a la comunidad universitaria en noviembre de 2008 reconoce que hay puntos de Bolonia que tienen que corregirse:
"¿Quiere decir esto que no hay ningún problema y que las preocupaciones de muchos profesores, PAS y estudiantes son infundadas? No, ciertamente no es así. Hay temas que demandan atención, actuaciones urgentes y quizá rectificaciones" (carta a los 40.000 alumnos de la UAB de noviembre de 2008)
c) Lluís Ferrer mantiene una denuncia penal pero niega que el tema de los estudiantes sea importante
La crispación de los estudiantes es evidente por la obertura de un procedimiento penal. Basta con pasearse por la Facultad de Letras para encontrarse con carteles de protesta como éstos:
Sin embargo, en la entrevista a esta revista local, y preguntándole por los estudiantes denunciados, podemos apreciar la tranquilidad con que el rector afirma que se trata de un grupo que “simplemente tiene que moderar su forma de protestar”. ¿No se le llama a eso tirar la piedra y esconder la mano?
La UAB franquista de Ferrer y Grasa ya ha obtenido portada en un medio de comunicación de Barcelona:
Rafael Grasa sanciona a 27 alumnos mediante un reglamento del franquismo (Semanario la directa, 25 de junio de 2008)
El reglamento universitario aprobado por el régimen de Franco en el año 1954 ha servido al secretario general de la Universitat Autònoma de Barcelona, Rafael Grasa, para abrir un expediente disciplinario contra 27 estudiantes. Se les aplican los artículos 5.a.1 y 5.a.5, que consideran como faltas graves las manifestaciones "contra la religión y la moral católica o contra los principios y instituciones del Estado" y "la falta de probidad (rectitud, honestidad) y las conductas constitutivas de delito", respectivamente.
La obertura de estos expedientes ha sido ordenada por el rector Lluís Ferrer, máximo responsable de la UAB y del que la mayoría de asociaciones estudiantiles con representación en el consejo de gobierno han pedido la dimisión. En un primer momento, seis expedientes sólo habían sido calificados como informativos, pero ahora han pasado a ser también disciplinarios. En concreto, el redactado del documento sancionador que se ha enviado a los estudiantes expedientados dice que durante los días 29 y 30 de mayo "impidieron el funcionamiento normal de la institución universitaria obstaculizando la Junta Pemanente de Facultad". Según la documentación videográfica obtenida por el rector de la UAB, los expedientados se encontraban en el lugar de los hechos, aunque no se les acusa individualmente de ningún hecho. La Asamblea de la Facultad de Letras lo califica todo de "persecución política contra los críticos con la aplicación del plan Bolonia y con el procedimiento de participación y toma de decisiones".
Carga sin consecuencias
Paralelamente a las sanciones abiertas contra los estudiantes, todavía están investigándose las agresiones que éstos has sufrido durante las cargas reiteradas que la policía autonómica ha ejecutado por orden de Lluís Ferrer y Rafael Grasa durante los últimos meses. La primera se produjo en el campus de Bellaterra en 4 de marzo, con el resultado de 50 heridos en centros médicos. La segunda, con numerosos contusionados, tuvo lugar a las puertas de las instalaciones de la UAB en el recinto del Hospital de Sant Pau. Por estos hechos, el vicerrector de estudiantes, Martí Marín, presentó su dimisión.