CARTA REMITIDA AL RECTOR (22-12-2000)

Excelentísimo y Magnífico Rector de la Universidad de Oviedo,

Le notifico mediante la presente que soy firmante del concurso de referencia 1252 para la provisión de una plaza de Catedrático de Escuela Universitaria en el área de Didáctica y Organización Escolar, perfil de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación.

Dadas las irregularidades que se han cometido hasta el momento por personas, supongo, de su universidad, me veo obligado a hacerle saber que:

a) El día 31 de enero del año 2000 recibí una carta del vicerrectorado de la Universidad de Oviedo en la que se me comunicaba que el perfil docente no era el publicado en el BOE, Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, sino que había variado a Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, Especialidad de Educación Especial.

Después de una charla con un funcionario del PAS de dicha universidad, en la que se me reveló que la indicación del nuevo perfil provenía del Departamento, deduje sin mucha dificultad que evidentemente alguno de los otros dos candidatos debía tener cierto currículum académico o investigador en este campo. Posteriormente comprobé que, en efecto, era así.

b) Posteriormente, a finales de junio de este mismo año, recibí una llamada interesante que me comunicaba que los miembros del tribunal propuestos por el Departamento no veían bien que yo me presentara al concurso. El interlocutor, además, me comunicaba que los miembros escogidos por sorteo ya estaban "controlados", con la excepción del señor Ferreres y, por tanto, no tenía nada que hacer presentándome a concurso. Es más, me dijo literalmente que toda la oposición era un montaje destinado a convertir en funcionaria a una persona que tenía un pariente de cierta influencia en la UNED y, por consiguiente, en esta universidad también estaban muy enfadados porque me presentaba a esta plaza.

Finalmente, el interlocutor, que se definía como "un buen amigo que sabe lo que te conviene", me indicaba que en caso de presentar mi proyecto, quedaría marcado y entonces todos los tribunales de oposición siempre estarían en mi contra, aunque mi propuesta docente fuese perfecta. La recomendación era inapelable: por mi bien, debía desistir de presentarme.

c) Días después, recibí una segunda llamada en que otro interlocutor me informaba que algunos profesores del Departamento estaban preocupados porque "se presentaba a concurso alguien con mucho currículum en nuevas tecnologías". Llegados a este punto, me pareció que las cosas estaban saliendo de quicio y que se había alcanzado ya el grado extremo de la irresponsabilidad académica, es decir, que apareciera la preocupación precisamente por poder contratar a un candidato con más experiencia del previsto.

d) Gracias a Dios, algunos temas se recondujeron según la ley y la honestidad personal, de manera que el perfil definitivo de la plaza fue otra vez el de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, tal como se había publicado inicialmente en el BOE. a pesar de toto, resulta inquietante pensar que este cambio de perfil se produjo a raíz de mi llamada al vicerrectorado de profesorado y que, de no haberla hecho, no se habría producido.

En relación a lo expuesto en estas líneas, sólo cabe realizar cuatro observaciones, una para cada apartado:

a) Por una parte, creo que lo mejor es obviar los comentarios sobre la honestidad de aquel candidato o candidata a quien una irregularidad ha beneficiado y se ha abstenido completamente de exigir que se enmendara. Tampoco hace falta decir nada sobre la calidad humana y profesional del miembro del Departamento que haya promovido el cambio de perfil que no se ajusta a ley.

Por otra parte, sí corresponde un pequeño análisis de la poca elegancia de este cambio, por lo de atrevido de conlleva. Es decir, es claro que una troncal es la asignatura susceptible de ser evaluada en un concurso público, ya que así lo establece la ley. Además, de este modo se garantiza el principio de igualdad que defiende nuestra Constitución, esto es, todo profesor del estado español puede concursar en condiciones a priori iguales a una plaza, ya que se basa en una asignatura troncal (regulada por BOE a nivel nacional). Valiente panorama universitario tendríamos, plagado de localismos y corruptelas, si se permitiera a las universidades concursar con perfiles de asignaturas obligatorias u optativas. Y valiente catadura moral es la de aquellos Departamentos que se alimentan de los presupuestos del estado, dada su condición de empresa pública, mientras que se comportan de forma arbitraria a la hora de aplicar las leyes que garantizan precisamente el buen funcionamiento de dicho estado.

b) Por lo que se refiere a la llamada, debemos admitir que no se produce de forma espontánea sino inducida por algunas personas con intereses concretos en desbaratar el desarrollo normal y justo de un concurso universitario. Tanto este hecho como el anterior, entiendo yo que trascienden la justicia administrativa para entrar de lleno en el ámbito penal de la prevaricación, por lo que debo anunciarle que posiblemente voy a pedir una investigación de lo sucedido en esta universidad.

c) En relación a la preocupación por el hecho de que se presente alguien con mucho currículum en Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación creo que estará usted de acuerdo conmigo en que hemos entrado en el terreno de lo grotesco. Es frecuente oír como a muchos profesores universitarios llenan su boca de expresiones como "calidad de la investigación" o "competitividad de los departamentos". Pues bien, ¿se imagina usted en qué empresa privada cabría preocuparse porque, ante un anuncio de oferta de trabajo, se hubieran presentado candidatos mejores de lo que se tenía previsto?

Evidentemente, hay todavía en estos campus profesores universitarios que confunden los Departamentos con salones de té o reuniones de amigos, y se olvidan que su misión es velar para que la investigación y la docencia sean las mejores posibles. Para eso y no para otra cosa reciben su remuneración del estado y en su compromiso como funcionarios públicos se basa su obligación de ser justos en las comisiones de provisión de plazas.

d) Como mínimo, he podido constatar que el equipo administrativo de la Universidad que usted dirige funciona con diligencia y corrige los errores legales con corrección y en los plazos previstos. Ello ha sido, por mi parte, la única percepción de cierto buen hacer y ajuste a la normativa legal que he percibido en todas estas trifulcas que le he expuesto.

Y, para concluir, el objetivo final de esta carta es también comunicarle las acciones que pienso emprender a partir de ahora:

1- Voy a dar un voto de confianza a la Comisión del concurso público y esperar que obren con la debida equidad e interés general a la hora de calificar los trabajos y currículums presentados. Es decir, a pesar de las informaciones que me han llegado, voy a suponer que las personas pueden corregir y comportarse como exigen las normas legales y deontológicas.

2- Por otra parte, espero que usted haga cuanto esté en su mano para que esto sea así. Creo que no estaría de más tener una entrevista con el Secretario de la Comisión y comentarle estos aspectos.

3- En tercer lugar, sin embargo, dados estos precedentes, voy a acogerme a mi derecho al tratarse el concurso de un acto público y lo voy a registrar íntegramente en vídeo.

4- En cuarto lugar, como ya he dicho, entiendo que lo expuesto sale del marco administrativo y me veré obligado, en caso de producirse cualquier otra irregularidad, de presentar una denuncia por lo penal, ya que en estas circunstancias habrán quedado evidenciadas las maniobras voluntarias de ciertas personas para evitar que un concurso público termine con la resolución justa.

Sólo me queda, para despedirme, que hace unos meses empecé a trabajar en el proyecto docente con toda la ilusión de quién obra según el dictado de su vocación, aunque ello supusiera tener que cambiar de trabajo y de residencia en caso de ganar el concurso. Pero ¿qué ilusión le quedaría a usted después de haber vivido lo que le he expuesto? Es obvio que en este Departamento se ha perdido el sentido profesional y ético de lo público y, desafortunadamente, la sombra de la prevaricación planea sobre este concurso. En su mano está tomar las medidas oportunas para que la opinión pública no se forme una imagen equivocada de la Universidad de Oviedo debido a la actuación aislada de un grupo determinado de personas.

Sin más, reciba un cordial saludo, en Barcelona, a 22 de diciembre de 2000.

Guillem Bou Bauzá