UAB: más allá de la endogamia
EUGENIO MADUEÑO Lo ha dicho la revista científica "Nature":
"El amiguismo en la selección de los profesores universitarios y la
esclerosis intelectual de los investigadores funcionarios amenazan el
desarrollo científico y económico de España". Es la endogamia que
ha dejado fuera de la universidad a científicos como el físico José
Caro, el biólogo marino Luis Pérez Carrasco o el astrofísico Antonio Férriz,
quienes, aunque reconocidos por prestigiosas universidades extranjeras, no
lograron entrar en las españolas, porque la plaza estaba ya adjudicada
antes de que el concurso se convocara.
Si esa práctica tan contraria al espíritu científico
afecta a tipos de la categoría de los antes citados, ¿qué cabe imaginar
que ocurre peldaños más abajo? Seguramente lo que ha sucedido en nuestra
Universitat Autònoma, donde un profesor que optaba a la plaza de
Metodología de la Investigación en la facultad de Ciencias de la Educación
presentó una memoria de su lección magistral compuesta a modo de puzzle
con 90 fragmentos copiados literalmente del libro "Técnicas de
investigación en ciencias sociales" (Editorial Dykinson), con la
mala pata, eso sí, de que uno de los coautores del libro era casualmente
uno de los miembros del tribunal.
Ni la indignación del autor -que ha denunciado por
la vía penal al concursante plagiador-, ni la del editor -que ha dirigió
un escrito al rector de la UAB, Carles Solà, en el que certifica que
"no" ha dado permiso para que le copien el libro-, ni el recurso
de un profesor que aspiraba a la misma plaza pero que no se presentó
porque sabía que ya estaba adjudicada, ni el informe del Síndic de
Greuges de la institución, Enric Cassasas, que por pasiva se abstiene
"de hacer comentarios de tipo ético sobre la degradación de la vida
universitaria que pone de manifiesto el comportamiento de algunos
concursantes...", nada ni nadie, en fin, ha impedido que se le
adjudique la plaza y goce eternamente de su condición y sueldo de
funcionario.
Lo sarcástico es que, en el concurso público, el susodicho tiene la barra de condenar "a quienes ignoran la trascendencia moral que supone la apropiación del trabajo de otros investigadores". |