De la lectura de la prensa ordinaria se deduce que el director del INTRAS, Jaime San Martín, no tenía conocimiento de la existencia de ninguna denuncia ni le constaba ninguna queja por parte de becarios (El País, 07/03/2009). Sin embargo, ya en febrero de 2007 una becaria había sido indemnizada por sufrir acoso en el INTRAS y otra había denunciado en 2005 (El País, 20/03/2009). Total, si en un centro el director no sabe qué sucede, ¿en qué consiste su trabajo? ¿En saber lo que sucede en la luna?
¿Un intento de montar una CASA DEL TERROR?
La posible explicación racional que propone la Plataforma a lo que sucede en el INTRAS de la Universidad de Valencia es que, ante las dificultades financieras del parque temático de Terra Mítica, se haya intentado montar una CASA DEL TERROR al estilo de la del Tibidabo de Barcelona. Es sabido que diversas universidades han realizado intentos similares en ciertos departamentos y unidades, por lo que el INTRAS puede haberse unido a este tipo de iniciativas.
Lo lamentable es que las personas que entran en la CASA DEL TERROR de los parques de atracciones lo hacen porque quieren sufrir una emoción de diez minutos. No es el caso de los becarios que entran de buena fe a investigar en las universidades españolas, con su creencia ingenua en el sistema público de investigación. Para ellos, la historia no dura diez minutos y se vive de forma diferente.
Consulten el dossier de prensa que sigue para comprobar lo denunciado en el INTRAS.
La plataforma tuvo constancia de irregularidades económicas por parte del anterior director del INTRAS, Luis Montoro, en octubre de 2008.