En una entrevista al diario El Mundo sobre los políticos corruptos que consiguieron el título de Doctor Honoris Causa, la secretaria general de la Universidad Politécnica de Madrid declara que no es fácil retirar dicho título porque no lo prevé el reglamento.
Que nadie piense que en la UPM les da un infarto cada vez que tienen que trabajar. Modificar el reglamento es trabajo, y podría afectar seriamente a la salud laboral de la señora Araceli Manjón-Cabeza y a gran parte de su vicerrectorado. Es mejor que la señora Araceli Manjón-Cabeza descanse. Total, ¿qué más nos da mantener a estos corruptos como personajes honorables en las universidades? En el fondo, si lo pensamos bien, la vergüenza es un sentimiento particular, que cada uno siente o no, de ahí la expresión "tiene vergüenza" o "no tiene vergüenza". Por tanto, si en la UPM nadie la tiene, no hay por qué malgastar más dinero en curar una enfermedad que no se padece.
Sin embargo, el gran mérito de la señora Araceli Manjón-Cabeza es de índole matemática y, por ello, el Servicio de Futurología la propone para el Nobel. ¿Que no hay Nobel de matemáticas? ¡Pues que trabaje la UPM para que lo haya! Pero, en fin, vayamos al grano. El mérito de esta señora es que HA CONSEGUIDO MINIMIZAR UNA FUNCIÓN SIN CONOCER SU FÓRMULA. En un arrebato de rigor informativo, la señora Araceli Manjón-Cabeza sostiene que aunque no sabe cuánto cuesta el acto del doctor honoris causa, sí sabe que se está intentando gastar lo menos posible.
Sin duda, la señora Araceli Manjón-Cabeza no es consciente que su descubrimiento resuelve los grandes quebraderos de cabeza de la humanidad. Por ejemplo, los padres de familia ya no hace falta que pregunten a sus hijos a dónde salen los sábados, ni qué hacen exactamente, porque con el método Araceli Manjón-Cabeza se puede saber que "intentan gastar lo menos posible" sin tener ni p... idea ni de dónde han estado ni de lo que han hecho.
El Servicio de Futurología de la plataforma se ha ofrecido voluntariamente para redactar la conferencia de recepción del premio, que llevará por título "¿Para qué cojones me pagan si no puedo ni retirarle el premio a un corrupto?". Hay que señalar que la brillante labor de la señora Araceli Manjón-Cabeza ha causado división en nuestra plataforma, pues el sector independentista ha aprovechado para machacar al resto. No paran de repetir "¿Lo veis? ¡Por eso nos vamos! No seais gilipollas e independizaos...". ¿Es descabellado afirmar que la señora Araceli Manjón-Cabeza ha contribuido al independentismo con su pequeño grano de arena? ¿Tiene la culpa alguien tan propensa al trabajo que unos radicales intenten sacar tajada de su buena fe en la lucha contra la corrupción?
Que nadie se desespere. Estamos seguros que, a la hora de redactar estas líneas, toda la UPM, es decir, todo el personal docente e investigador, personal de administración y servicios, estudiantes y parientes de todos los citados anteriormente, está trabajando arduamente en la modificicación del reglamento para que los doctores honoris causa puedan ser revocados. Creemos que tanto trabajo se ha derivado de una orden directa de la señora Araceli Manjón-Cabeza.