CÓMO COLAR PONENCIAS DISPARATADAS EN CONGRESOS

REVISTA: Menos 25, noviembre de 2000.

Reportage de PACO SEGADO

Los congresos científicos han pasado de ser orgullo del mundo académico a motivo de chiste. La razón, las ponencias llenas de disparates y afirmaciones racistas que un profesor logró colar en varios encuentros sobre educación.

Defender "que se metan el teclado por donde les quepa" como un plan de innovación pedagógica significaría el suspenso inmediato para un alumno. Pero las cosas cambian si, en vez de en un examen, la misma afirmación se presenta en un congreso. No importa que la barbaridad siga siendo igual de grande: en este caso la ponencia se publica en un CD-ROM editado por las tres universidades catalanas más prestigiosas del país.

El descubrimiento de esta paradoja académica se debe al profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Guillem Bou Bauzà. Este doctor introdujo varios documentos repletos de lo que él califica como "fantasías y desvaríos" en dos congresos internacionales sobre educación celebrados el pasado verano. Pese a ello, los organizadores de los encuentros: Universitat de Barcelona (UB), Autónoma (UAB) y Politécnica (UPC), por un lado, y la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, por otro, no presentaron ninguna objeción en su momento.

La hora de las explicaciones

Una vez que saltó el escándalo, la UAB, la UB y la UPC se defendieron a través de la página web del congreso (www.congreso-uab-ub-upc.es). Argumentan que Bou primero envió las ponencias sin ningún tipo de contenido absurdo, y que lo añadió cuando le solicitaron la versión definitiva par el CD-ROM del congreso. Bou lo niega e insiste en que sus barbaridades estaban desde un primer momento. Para el comité científico, "la buena fe de los autores que es usual en la comunidad académica" justifica el no haber comprobado el texto otra vez. De todas formas el razonamiento del comité no explica porqué aceptaron una ponencia plagiada a un conocido experto, el doctor Pérez Pérez.

Esta nota explicativa ha sido la única reacción oficial. Por no actuar, los organizadores del congreso ni siquiera han retirado de la web las ponencias absurdas. En palabras de Bou, "es más fácil que un rico entre en el reino de los cielos que encontrar un responsable en el equipo de gobierno de la Universidad Autónoma de Barcelona".

No obstante, el responsable del congreso por parte de la UAB, Joaquín Gairín, admitió ante Francisco Navarro, colaborador de la revista Públic de Catalunya, que él no leyó los textos en cuestión. Gairín apunta a la UB y a la UPB como culpables. Esta excusa no funciona en el caso del congreso de Zaragoza, donde Gairín fue el único responsable de la selección de comunicaciones y admitió documentos que contenían mensajes de ideología neonazi.

Con su actuación Bou intentaba "demostrar la ausencia absoluta de calidad de algunos encuentros pretendidamente científicos". Afirma que le han felicitado profesores y gente de fuera de la Universidad: "Me han dicho -añade- que ya era hora de que alguien evidenciara la diferencia que existe entre congresos de verdad y congresos de amiguetes".

Los congresos científicos han pasado de ser orgullo del mundo académico a motivo de chiste. La razón, las ponencias llenas de disparates y afirmaciones racistas que un profesor logró colar en varios encuentros sobre educación.

LOS DISPARATES QUE HACEN TEMBLAR AL MUNDO ACADÉMICO

- Una de las comunicaciones aseguraba que el gobierno austríaco tenía un proyecto llamado "Toter Kanacken, Guter Kanacken", que traducido equivale a la expresión racista "moro bueno, moro muerto". Señalaba también que existía un segundo proyecto del Ejecutivo de Viena, éste bautizado "Ayuda a Alemania: quema la casa del turco".

- Otro texto defendía la desaparición del catalán en internet, apoyándose en razonamientos como que ese idioma "entorpece las comunicaciones en internet al ser una lengua minoritaria". Esta misma ponencia afirmaba que "desde cualquier óptica sensata, los agentes sociales y culturales recomiendan que caiga en desuso hasta su extinción, a fin de evitar el costoso mantenimiento de un bilingüismo estéril".

- Los pseudónimos bajo los que Bou presentó sus comunicaciones decían trabajar en falsos centros, como el "Instituto para la tecnología del Gobierno Argentino". Se inventó incluso una universidad, la de Monchengladbach. Nadie se enteró.