Un congreso para hacer puntos

Los congresos como los organizados por el director del ICE de la UAB sirven, básicamente, para hacer currículum. Comunicaciones que no se leen, como el mismo Gairín ha reconocido, pero que luego constan como aportaciones aceptadas por un comité científico y, por tanto, válidas para un concurso universitario. De esta manera, personas grises y con nula producción en investigación, pueden exhibir fácilmente una comunicación aceptada a un congreso que, a la postre, puede constar como artículo publicado (ya que se publican las actas) y, con un poco de suerte, puede volver a publicarse en otro medio con tan poco control como el primero.

Por una parte, las comunicaciones señuelo, elevadas a científicas por los comités de Barcelona y Zaragoza, suponen una evidencia demoledora contra estos supuestos "expertos" que velan por la calidad del congreso. Sin embargo, hay muchísimos otros detalles en las otras comunicaciones presentadas a estos congresos que indican la ausencia de una criba científica. Como muestra hemos elegido un fragmento interesante, ya que la educación a distancia es un tema de moda sobre el que próximamente veremos aparecer "expertos" en todas las universidades españolas:

"La planificación inicial de esta asignatura prevé un encuentro presencial semanal los viernes. El profesor se encuentra en el aula, convenientemente asignada, con todo el grupo para una "sesión de presencia inmediata", no para una clase. Esta cuestión es clave, incluso en la terminología. El profesor plantea a todo el grupo que lo que hace en la "sesión de presencia inmediata" de los viernes es planificar, comentar, explicar contenidos, organizar, responder preguntas, lanzar propuestas, pero no "la clase" (...) La precisión terminológica forma parte del proceso de transformación o reconversión en qué estamos inmersos, por esto el profesor habla de "sesión de presencia inmediata" y no de clase. El lenguaje es relevante."

En este texto, que se supone habla de un nuevo sistema de formación a distancia, un comité científico como debe ser habría advertido al autor que lo retirase, ya que se está describiendo literalmente que la UNED llama "tutoría", que normalmente también es semanal, y que está establecida y estudiada desde hace más de dos décadas.

Seguramente el autor desconoce la organización de la UNED y, por ello, no es consciente de su plancha, con tanta mala suerte que lo que propugna viene a coincidir casi a la perfección con lo que está escrito en los manuales de tutorías de esta unviersidad. Pero para eso, precisamente, está el comité científico. Para evitar que continuamente se introdujzcan términos pseudonovedosos que no llevan a nada ya que, por desgracia para esta investigador, las "sesiones de presencia inmediata" que descubre ya están inventadas.