Catedráticos con nariz de madera

DIARIO: El Mundo, 7 de diciembre de 2000

Artículo de Guillem Bou, doctor en Ciencias de la Educación

"Si dice la verdad la UAB, hay que admitir que las comunicaciones no se leían"

Entiendo yo que la ciencia es especialización, fruto del trabajo arduo. Entrar en un debate científico, por tanto, es entrar en un debate especializado. Así pues, podríamos organizar un congreso sobre el último medicamento contra el SIDA pero, a estas alturas, un encuentro con la temática "Enfermedades de invierno" sería tan general que difícilmente podría controlarse su calidad científica.

Fue en este tipo de encuentros "científicos" donde se destapó la publicación de comunicaciones absurdas. El director del ICE de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ejercía de Presidente del comité científico del congreso sobre educación intercultural y de Copresidente del comité científico del de innovación universitaria, no tuvo ningún pudor en reconocer, en una primera entrevista, que no se leían las comunicaciones: declaró inicialmente que no se leían al 100%, pero más adelante puntualizó que el comité en realidad no se responsabilizaba de ninguna. Sin embargo, cada participante recibía un correo de respuesta del comité científico del congreso que decía que sí se la habían leído.

Por otra parte, antes de saber que eran falsas, en la cinta puede oírse como este director defendió las comunicaciones racistas y anticatalanas, acogiéndose a la libertad de expresión. Cuando el periodista le hizo notar que no se trataba de opiniones, sino de estudios inventados, entonces echó la culpa a la Universidad Politécnica y a la de Barcelona ya que, de haberlas leído él, según declaró, esto no hubiera pasado: "Seguramente yo, si lo hubiera leído (...) al ser más sensible por este tipo de temas, como lo soy yo..." .

Además de las comunicaciones señuelo, el comité científico del congreso publicó otras con gazapos de considerable magnitud. Una presentaba un "novedoso" sistema de enseñanza a distancia que hacía más de veinte años que estaba inventado. "Será novedoso para él", contestó el director del ICE en la entrevista, con cierto tono despectivo. Otra, remitida por la propia UAB, presentaba como exitosa la experiencia del curso a distancia con la UNIACC de Chile, cuando en ella se destapó que se exhibía material de creación no original en la red.

Además se descubrió que algunos profesores organizadores se atribuían en Internet títulos y cargos que no poseían, se produjo el abandono del curso por parte de otros profesores y la dimisión del equipo tutorial en pleno y, para remate, el anuncio del master recibió una advertencia del Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria de Chile. Un poco más de honestidad experimental no vendría mal a algunos responsables de la Universidad Autónoma.

Por tanto, en aras de una mínima coherencia y honestidad académica, pediría yo a este otro director, el del ICE de la Universidad Politécnica, éste que propugna que todo fue un cambiazo telemático de comunicaciones, que explique las declaraciones de su colega. Es decir, que nos aclaren, ya que las versiones son contradictorias, cuál es la verdadera. Si dice la verdad la UAB, hay que admitir que las comunicaciones no se leían. Si dice la verdad la UPC, hay que pensar que, al igual que sucediera con el conocido plagio de una presentadora de televisión, los ordenadores de este país hacen maravillas.

Es triste que, mientras científicos de a pie subsisten con becas y contratos precarios, estos catedráticos ocupen unos cargos bien remunerados y, por lo que se ve, sean incapaces de dar una explicación coherente y detallada. Menos mal que las comunicaciones están impresas, grabadas en Cdrom y que incluso tuve la precaución de levantar acta notarial cuando, a la vista de todo el mundo, se exhibió un artículo descabellado durante varios meses en el web site del congreso. Si no, puede que ahora se negase incluso que el congreso había existido.

Todo recuerda al muñeco del cuento, aquel que inventaba excusas y excusas, mientras la nariz de madera le crecía. ¿Es éste el papel de los ICEs en las universidades catalanas? ¿Es esto lo que propugnaba el rector de la UAB, Carlos Solá, cuando se presentó con el slogan de "una apuesta radical por la calidad"?