“A primera vista, la Universidad, mi negociado, es una máquina de cambios. En realidad, no es así, pues la Universidad española es una de las tres o cuatro instituciones más conservadoras, pacatas y anquilosadas del país. La conferencia de rectores se parece, en fundada sospecha y lograda expresión de una colega economista, a la episcopal; demasiados rectores son literalmente cautivos del funcionariado universitario; los claustros quedan en tinglados corporativos al albur de tres docenas de adolescentes encantadores a quienes se les ocurra, de pronto, que el cambio se consigue acordando boicotear a las empresas privadas, a los políticos profesionales, al Papa, a las universidades israelíes o -como ha ocurrido esperpénticamente en mi propia universidad- a los "miembros de la Corona" (sic).”
(Pablo Salvador Coderch, ”Más doctores que mujeres en un Gobierno paritario”, El País, 07/06/2008.